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Resumo/Abstract


Las Creencias y el Proceso Salud-Enfermedad.

Teresa L. González Valdés.

Escuela Latinoamericana de Medicina. Cuba.


Dictamen

Jorge Castillo dictaminó:

La ponente ha sabido interpretar algunas de las dudas de este evaluador y resuelto en el texto con agregados oportunos. Persiste sin embargo un discurso algo confuso que no permite cerrar algunas cuestiones. Siguen faltando –al criterio de este evaluador- algunos ejemplos ilustrativos, que den la pauta al lector de que entiende lo que expresa la autora. Por otro lado, seguimos insistiendo en que desde el Psicoanálisis se ha aportado mucho y bien acerca de la problemática de la salud y la enfermedad; del “disimulo” y la “similitud” (mecanismos de defensa, con la represión a la cabeza); los problemas de identidad y el desarraigo cultural, etc. Esto último, como signo distintivo de la época “global” que nos han impuesto las multinacionales y sus socios locales.

La autora demuestra interés en el tema y seguramente tiene pensado profundizar en esta dirección. Debe tener claro, por lo tanto, para qué lo hace y qué aporte a las ciencias de la salud significan. Las religiones como “opio de los pueblos”, son una estrategia más de control social y por ende “camisa de fuerza” cultural. Esto es así, no obstante, hasta tanto no se les contrapone otros recursos de aquellos casi sin límites que tiene el hombre, como único “animal cultural”. Desde los curanderos y chamanes o “paí”, hasta los agentes de salud actuales, se ha especulado con el supuesto saber y el poder que esto implica. Pero también sabemos los riesgos de la sobreidealización, a través de la cual, para negar el sufrimiento, el individuo se aferra al Otro que tiene ese saber -desplazamientos, proyecciones, identificaciones transferenciales, etc., mediante- y queda a merced de aquel.

Un aporte significativo puede ser resolver cómo romper esta dependencia sin destruir al mismo tiempo esa corriente afectiva que emparenta a terapeuta y a paciente con las experiencias vividas (vivencias) más elementales, haciendo posible la comunicación y el juego transferencial propio de las relaciones sociales, y al mismo tiempo, la consolidación de las decisiones personales; la puesta en práctica de las convicciones que –conciente o inconscientemente nos constituyen y da identidad- y la salud, ésta última como el estado ideal en que podemos mantener bajo control nuestra vida, sin perder los lazos con los demás.

NOTA: Debe destacarse la influencia poderosa de la diversidad cultural, que no obstante, aderezada con tolerancia, prudencia y reflexión, hace posible que podamos disentir o aceptar las propuestas de otros, y aproximar otros aportes al debate. Es importante para los Psicólogos, siempre aferrados a las palabras y sus significados, una evaluación permanente de prácticas y saberes, para que su tarea principal de hacerse entender y entender al otro, no se diluya en localismos; “escuelas” o “religiones” teóricas. Los Psicólogos del MERCOSUR, por ejemplo, tenemos una ardua tarea en este sentido.


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