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El trance como herramienta terap�utica.

Mar�a Isabel Diez Voigt

Universidad de Chile


Dictamen

Manuel Calvi�o dictamin�:

Construir alternativas en Psicolog�a pasa por el abrirse a experiencias dis�miles cuyo estatus epistemol�gico no necesariamente se enmarca en la tradici�n positivista. Probablemente esto es particularmente evidente en la cl�nica psicol�gica: taller de construcci�n del bienestar psicol�gico personal. “El trance como herramienta terap�utica”, de la colega Mar�a Isabel Diez Voigt, es la historia de un viaje inacabado (inacabable) en la b�squeda de alternativas.

Andar por los hier�ticos caminos de la hipnosis es una larga tradici�n de construcci�n del saber “psi”. M�s all� de que una referencia a Erickson permitir�a reconocer el asunto en la zona de tierra f�rtil de la psicolog�a y para no perdernos en las turbulentas aguas de la historia, ojal� baste recordar el impacto de la hipnosis en el despertar del psicoan�lisis. Unidad y ruptura: he ah� el modo en que la autora, construyendo alternativas, toma un punto de encrucijada y distancia entre lo que s� y lo que no de las hipnoterapias tradicionales y suma una postura que se instaura y defiende desde las reflexiones rogerianas con ese modo de desbalancear la acci�n siempre a favor del sujeto, de su actuaci�n. De aqu� la elecci�n de “una t�cnica que se pone al servicio del paciente, no es un poder que el terapeuta ejerce sobre �ste”, como desde el inicio mismo de su reflexi�n nos dice la autora.

Ampliar horizontes, brindar un panorama comprensivo de la situaci�n o el problema, recontextualizar historias, son estas herramientas genuinas para que el cliente se comprenda, para que comprenda el problema, por qu� no: para que cambie. No un cambio presionado de la mano del terapeuta, sino “su cambio” elaborado en el proceso de una relaci�n caracterizada por “un clima armonioso”. As�, reforzando sus zonas saludables, haciendo sentir su coherencia interna, el terapeuta propicia el trance del sujeto para que este entre en contacto con esos contenidos m�s alejados de su conciencia y lo haga de modo natural, sin inhibiciones y traumatismos. La propuesta es bien interesante, entre otras cosas, porque rompe con una cierta asociaci�n preponderante en las llamadas terapias “profundas” (vaya denominaci�n estigmatizante) de que el encuentro con el mundo de “abajo” es siempre un acontecimiento cuando menos de potencial emocional negativo en el momento de llegar de vuelta a la superficie (si no, por qu� se reprime tanto que va a parar al donde no se ve, ni se escucha, ni se siente). Aqu�, en la propuesta de Mar�a Isabel, “com�nmente ocurre que la persona sale del trance con una fuerte conexi�n interna consigo mismo y m�s a�n, con una conexi�n con las partes m�s sanas, m�s elevadas y profundas de su ser, que es algo que se produce gracias al estado de trance mismo unido al enfoque de los temas tratados”.

Es muy justo lo que la autora no olvida junto a las especificaciones de su forma de uso del trance en la pr�ctica terap�utica: la tecnicidad, el profesionalismo. Su estilo personal de dialogar con el lector, su salirse de otros modos de escribir m�s marcados por las comas y los puntos, los t�tulos, subt�tulos y ep�grafes, no le impiden defender y dejar claro a la comprensi�n que se trata de un procedimiento profesional, que “es fundamental utilizarlo con pericia, delicadeza, preocupaci�n y eficiencia...demostrando que se puede ayudar, entregando herramientas reales, aplicables, genuinas y en particular un enfoque del problema o la situaci�n que presenta el paciente que a �ste le resulte consistente con su propia naturaleza, con su estilo, un enfoque pr�ctico que le permita manejarse en forma m�s eficiente con la situaci�n que lo lleva a consultar”.

No me cabe duda que el trabajo convence e invita (invita a la reflexi�n, a la duda y a la prueba) y esto es de suma importancia. El estilo de la autora hace probablemente m�s interesante la lectura sin perder nunca del centro de atenci�n su mensaje. Quiz�s desde el t�tulo nos pudiera preparar un poco m�s para el tipo de trabajo que se va a leer. Dando por cierto que toda (casi toda) pr�ctica terap�utica es conjunci�n de ciencia y arte, de profesionalismo y oficio, la propuesta de la autora, desglosada en su verbo escrito, merece un acercamiento de todo el que transita por los avatares de la pr�ctica cl�nica.

MUY INTERESANTE

Jos� de Jes�s Vargas Flores dictamin�:

La hipnosis es una t�cnica psicoterap�utica controvertida. Debido al desconocimiento que casi todo mundo tiene de ella, la consideran poco menos que magia. Art�culos como el de Mar�a Isabel Diez Voigt, permiten darle una nueva luz al fen�meno hipn�tico en el sentido de explicarlo de manera objetiva.

Cada practicante de la hipnosis tiene su propio estilo y estrategias de uso. En este sentido, es interesante el art�culo porque deja de lado los tecnicismos te�ricos, para explicar, de manera llana, qu� es exactamente lo que hace durante el trance hipn�tico. Esto es algo de lo que casi todos los art�culos sobre el tema carecen y por lo tanto, el presente trabajo es de val�a para quien desee practicar la hipnosis.

Generalmente durante el trance hipn�tico, existe una serie de circunstancias pr�cticas alrededor de las cuales causa angustia al principiante en esta t�cnica. Cuando se lee un art�culo o trabajo, se espera que las explicaciones sean desde el punto de vista aplicado, t�cnico. En el caso de la hipnosis, hay muchas dudas sobre lo que hay que hacer para que el sujeto entre en estado de trance, durante el mismo, cuando se dan las sugestiones terap�uticas y para salir de la hipnosis. El art�culo es valioso en este sentido. Hubiera sido excelente, por parte de la autora, subrayar con m�s amplitud los aspectos te�ricos y conceptuales de la hipnosis. Sin embargo, el objetivo es enfatizar los aspectos humanos y pr�cticos de la t�cnica.

Esperemos que, dentro de la literatura especializada en psicolog�a aplicada, se sigan publicando art�culos sobre el tema de la hipnosis, con la finalidad de que se conozca en verdad en qu� consiste �sta, se desmitifique. De esta manera, la hipnosis recuperar� el lugar que le corresponde dentro del conjunto de herramientas con el que cuenta el psic�logo para resolver problemas con sus pacientes.


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